061 ANECDOTAS DE FAMILIA - Acuerdos sin alma.

ACUERDOS SIN ALMA.





     Todo inicia con el fallecimiento de un ser querido. Su muerte representó en ese momento un enorme hueco de atenciones para la familia pero sobre todo para la matriarca, que le significaba el sostén emocional, +GAO, el hijo protector.

     Fue repentino para todos. La velocidad con que se dieron los hechos fue tal que no hubo tiempo de despedidas: el virus maldito había cobrado una nueva víctima y hecho crecer la estadística.

     Pero la vida en la tierra sigue y los trámites tienen la característica de ser irremplazables e inexorables. Es cuando las personas se enfrentan a la "tramitología" y sin tener clara idea de lo que se requiere, te aventuras en el sistema burocrático.

Me salto algunos hechos para llegar al que hoy me ocupa. 

     Para realizar un trámite ante el IMSS, según esto no se necesita gestor ni asesoría de algún licenciado. Pero en el caso de la Madre fue imprescindible. Él fallecido no había dejado legado por escrito y por esto, ella estaba en indefensión puesto que su hijo era su sustento. Para solicitar ante la institución de salud la pensión, se tenía que demostrar ante un juez y después llevarlo ante la institución de la afore correspondiente y solicitar la pensión: Suena muy enredado y así fue.

     Para realizar dichas gestiones, se solicitó los servicios de una licenciada, cercana a la familia.

     En la primera gestión, ella estableció la ruta legal que iba a llevar a cabo pero omitió inconscientemente el decir el costo. En cuanto salió el fallo a favor, quiso cobrar un 10%. Las personas alrededor de la madre del fallecido le increparon con el argumento de que ella nunca dio ni explicó ni ofreció alguna información del costo por su servicio. Se negocio una cantidad y al realizar el pago, se termino la cuestión.

     Seguía ahora la cuestión del IMSS y la pensión. Es por ello que se le solicitó (en virtud de la anterior experiencia) que se realizara un contrato donde se asentara claramente bajo que condiciones ella iba a realizar su pago, es decir al pago por su servicio. Se le preguntó claramente y de manera reiterativa cual sería el calculo de su cuota y argumentó: "El 10% de lo recuperado". 

     Estábamos en la mesa 3 personas adultas. Todos saben leer y escribir. Ninguno tiene formación en leyes, salvo la licenciada. Es por ello que las preguntas eran repetitivas al grado del aburrimiento pero se hicieron por que no se deseaba otro mal entendido como el que se había suscitado. Ella explicó a sus interlocutores ese día, en el patio lleno de plantas de la madre del fallecido: Cobro el 10% de lo recuperado, del dinero que el seguro le de en cash. ¡Este es fue el acuerdo clave! Pues de el éxito del trámite dependía el monto a pagarle a la licenciada. Yo mismo enfaticé la pregunta y varias veces lo hicieron mis acompañantes de la misma forma y con  muchos ejemplos.

La explicación siempre fue la misma: "Cobraré el 10% de lo que a Mamá L. le den en efectivo. Lo que recoja el IMSS no lo tomaré en cuenta para el cálculo de mi porcentaje. Sería un abuso de mi parte por que ese dinero no se lo dan a ella, por que lo recoge el IMSS de la Afore y se lo integra a la pensión que recibirá. De hacerlo así, tendría que cobrar 200 pesos cada que a Mamá L. le entreguen su pensión. Así que cobraré lo justo: 10% (diez por ciento) de lo que a ella le entreguen en efectivo."

     Todos nos quedamos conformes. No había dudas de ningún tipo e instamos a Mama L. a aceptar el convenio con una condición: Le solicitamos expresamente a la Licenciada que el convenio hablado nos lo diera por escrito. Ella aceptó y agregó una clausula más. Ella sólo informaría a su cliente (Mama L.) de los avances del caso.

     No había necesidad de desconfiar de esta petición. La experiencia había demostrado que las palabras no eran suficientes y que era necesario el contrato por escrito.

     El trámite dio inicio con una cita ante el juez y en seguida esperar resoluciones. Luego de saber la decisión del juez a favor de Mamá L, se acercaron al IMSS para realizar el trámite donde esta institución reconoce a la Sr. L. como la legítima heredera de la pensión y recuperar el recurso que a la suma representaba una cantidad no muy grande, por decir algo cercano a cinco.

     Ya en el último tramo del trámite se aceptó el aviso del juez por parte del IMSS y esta a su vez le informa a la afore que Mamá L. era la legitima heredera de dicha pensión. Se informa que la Afore entregaba todo el capital al IMSS y que la cantidad en efectivo para la madre solo sería de 1. ¡Enorme golpe para el porcentaje de la Licenciada ya que se vio drásticamente reducido! Pero como jurista, tomo un atajo: ¡Nunca había entregado contrato! y mostrando "Sintomatología de Alzheimer" le solicito a su cliente (Mamá L.) ¡El porcentaje de 10% sobre el total de lo recuperado, incluyendo el que el seguro social recuperaba! cambiando totalmente el acuerdo realizado tiempo atrás frente a tres personas: AA, JL y CS. 

     Obvio es decir que se le volvió a preguntar de porque el exceso del cobro. Y sin otro argumento más de que: "Cobro el 10% por el total recuperado, incluido lo que el seguro social recoja para la pensión" argumento totalmente contrario a lo pactado se suscito la discusión y enfado porque nuevamente se repetía el error de no tener convenio por escrito.

     El error que destaca es la falta de un compromiso por escrito, pues al no haberlo, se dio la ventana de oportunidad para el abuso. 

     ¿Qué resta decir? Lo aprendido. 

1 No se debe realizar ningún pacto de palabras con otra persona o personas. Siempre debe haber un escrito y varios testigos del convenio, porque siempre hay alguien que interpretará a su propia ventaja la intención de un acuerdo escrito y cuanto más uno sustentado en el viento.

2 Si se hubiera reconocido el error, las molestias hubieran sido menos y la discusión hubiera sido simple: Una negociación y listo. Pero las cosas se llevaron más allá de lo laboral pero de eso, escribiré en otra ocasión.

3 Todo mundo dice ser tu amigo, hasta que llegue la herencia y todo lo descomponga. Y pon especial  cuidado con los que griten que "lo hago por que somos familia". 

4.- La deshonestidad te regala algunos beneficios. Seguro que sí. Sin embargo la fechoría se forja en lo profundo del olvido de una memoria aparentemente banal, en el lodo de la historia personal. Pero como quien esconde escorpiones en la obscuridad, cuando ande en esa habitación obscura, con suerte no le piquen, pero sufrirá el miedo de saber que está una amenaza perenne. Con el tiempo, la obscuridad es un alimento que nutre la bestia agazapada. Entonces la recompensa de lo obtenido por medios no lícitos, no será lo suficiente para sofocar la angustia ni para desentenderse de la vergüenza. El espejito siempre develará la verdad: Un ladrillo a la personal mansión del purgatorio personal.

     Pero la paz de hacer lo correcto está inscrita en letras de luz y es la dicha de lo bien habido. Y no hay otra cosa que de más tranquilidad que la de hacer lo correcto y necesario. Eso es lo que vale, es lo importante. En el propio MDM (momento de muerte), recogeremos los frutos, todas aquellas experiencias convertidas en lirios para lograr la vida ulterior. Creencia o no sobre lo que pase después de la vida lo que si es seguro es la paz con uno mismo. No hay mejor puerto para descansar y sobrellevar este mundo demencial. *** JLA































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